Centro de llamadas nacional opera en Tucson 24/7 para localizar a mexicanos extraviados


Por Liliana López Ruelas

Las áreas comunes de los consulados y embajadas suelen ser lugares callados en horas de oficina. Trámites, eventos protocolarios, declaraciones políticas bien cuidadas. Pero en el tercer piso del Consulado de México en Tucson, que opera día y noche, se reciben llamadas que pueden ser de vida o muerte.

El Consulado de Tucson es sede del único Centro de Información y Asistencia a los Mexicanos, CIAM, en Estados Unidos. Con 50 empleados, este centro opera ininterrumpidamente como una central de llamadas que cubre toda la red consular de México en Estados Unidos.

Las personas pueden hablar para preguntar por los requisitos para un trámite, por una ley o política nacional, o para clamar por ayuda para encontrar a un ser querido con el que se perdió contacto, como sucede muchas veces con personas que en su intento por ingresar a Estados Unidos quedan en estado crítico, o sin vida, a mitad del desierto o en otras áreas de la frontera entre México y Estados Unidos.

Una de las “actividades muy específicas del CIAM es apoyar a las personas en la búsqueda y localización de sus familiares”, explicó en entrevista el cónsul de México en Tucson, Rafael Barceló Durazo.

En muchas ocasiones, los mismos migrantes mexicanos atorados cerca de la frontera llaman en un grito de desesperación. A veces con su último aliento y con los últimos minutos de batería en el celular.

Cuando el CIAM recibe una de estas llamadas de inmigrantes mexicanos o de sus familiares, que en promedio son de 20 a 30 por semana, se activa el Programa Migrante Extraviado (Missing Migrant Program, en inglés) de la Patrulla Fronteriza, que es la agencia “que tiene más capacidad para hacer rescates en la frontera”, explicó el cónsul Barceló.

Existen cuatro categorías de búsqueda en las organizaciones de rescate. Una de ellas, considerada la más crítica, es cuando se sabe o se sospecha que la persona extraviada está viva, pero en peligro o condición delicada. El cónsul dijo que en más de la mitad de las más de 3,500 llamadas que el CIAM ha atendido desde 2017 en la categoría de rescate crítico se encontró a la persona con vida.

“Ese tema es muy importante”, dijo Barceló, “porque es la acción oportuna la que aumenta las posibilidades de que la persona esté con vida”.

En esos casos la indicación es colgar el teléfono y llamar al 911.

El personal del CIAM no realiza sus propias búsquedas, sino que trabaja en colaboración con la Patrulla Fronteriza y con grupos de rescatistas voluntarios, como Armadillos, Capellanes del Desierto, Águilas Paralelo 31, Humane Borders, entre otros.

Los operadores del CIAM están capacitados para manejar la tensión que puede representar la llamada – a veces de varias horas- con una persona en estado de desesperación, ya sea la persona extraviada o su familiar. Su trabajo entonces es obtener todos los datos posibles de la persona desaparecida o en peligro: sus rasgos físicos, la última vez que se tuvo contacto con él o ella, cómo vestía, con quién iba, qué dijo.

Dependiendo del caso, es posible que el personal del CIAM inicie una búsqueda en centros de detención de migrantes, listas de deportaciones o para saber si está bajo custodia de alguna autoridad estadounidense.

Cuando se agota la posibilidad de que la persona esté con vida, o si los restos humanos de alguien son encontrados e identificados, el CIAM tiene otras formas de ayudar a sus connacionales.

“No es lo mismo que te expliquen qué es lo que puedes esperar, qué es lo que se está haciendo, e inclusive en el caso de un fallecimiento, qué sigue”, dijo el cónsul. “Porque la familia dice ´¿y si se muere mi familiar, qué sigue?´”.

A través de los consulados, el gobierno de México puede ayudar a recuperar los restos de personas fallecidas en el extranjero y en ocasiones cubrir el costo de la repatriación del cuerpo, que suele rondar entre los $4,000 y $5,000 dólares, dijo el cónsul Barceló.

Pero recuperar el cuerpo de una persona fallecida en el desierto es un proceso tardado y difícil.

“Tiene que entrar una funeraria, pero primero el médico forense tiene que dictaminar que se ha identificado a la persona. Esto puede tomar varios días, y en el caso de identificación genética (a través de ADN) puede tomar meses”, dijo el cónsul. “Y es importante que la familia sepa, que tenga toda la información”.

Para contactar al CIAM desde Estados Unidos, marca al (520) 623-78-74 o al 1-855-463-6395. Desde México marca al 001-520-623-7874.